El término genérico “cáncer de la sangre” se usa para denominar, de manera general, a las enfermedades malignas que afectan la médula ósea o al sistema de formación de la sangre, tales como leucemias, linfomas, mielomas e inmunodeficiencias.

La fecha tiene como objetivo generar conciencia sobre estas enfermedades, para detectarlas a tiempo y llevar a cabo un tratamiento oportuno.

La conmemoración de este año viene acompañada de noticias positivas. El medicamento Asciminib ha sido aprobado recientemente en la Argentina para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC), un tipo de cáncer de la sangre.

De acuerdo a los estudios publicados, este medicamento es el primero y único en su clase, ya que fue desarrollado con el propósito específico de reducir la proporción de eventos adversos asociados al tratamiento de este tipo de cáncer hematológico.

Sobre la enfermedad

Al referirse a la leucemia mieloide crónica, la Dra. Carolina Pavlovsky (MN 93.882) explica que “se trata de una enfermedad de progresión lenta en la que determinadas células precursoras de glóbulos blancos se transforman en células malignas, desplazando a las células sanas de la médula ósea”.

La médica hematóloga, jefa de Investigación en Fundaleu, agrega que “la LMC a menudo es asintomática en sus fases iniciales y puede detectarse incidentalmente mediante análisis de sangre rutinarios en los que se observa un aumento de glóbulos blancos (leucocitosis). Cuando aparecen síntomas, estos pueden incluir fatiga y debilidad; pérdida de apetito y peso; sudoración nocturna o sensación de plenitud abdominal debido al agrandamiento del bazo. Dado que los síntomas pueden ser inespecíficos, la LMC a menudo se diagnostica en etapas crónicas durante exámenes médicos de rutina”.

Cabe recordar que en la Argentina, la LMC representa el 15% de las leucemias en pacientes adultos, afectando a 1-2 entre 100.000 personas. Si bien se diagnostica principalmente en adultos, con una media de 67 años, puede presentarse a cualquier edad.

El tratamiento


Sobre el abordaje de esta patología, la Dra Pavlovsky indica que “las opciones para su tratamiento dependen de la fase de la enfermedad (crónica, acelerada o blástica) y pueden incluir inhibidores de la tirosina cinasa (ITK) -medicamentos que bloquean la actividad de la proteína BCR::ABL1, responsable de la proliferación celular descontrolada- y el trasplante alogénico de células madre, considerado en casos refractarios o en fases avanzadas de la enfermedad. La elección del tratamiento se basa en factores individuales del paciente, incluyendo edad, comorbilidades y respuesta al tratamiento inicial.”

El objetivo principal del tratamiento es lograr una respuesta óptima para alcanzar una sobrevida similar a la de la población general. Actualmente, el segundo objetivo es alcanzar una respuesta molecular profunda sostenida que podría permitir la discontinuación del tratamiento en pacientes altamente seleccionados.

Aprobación de nueva medicación

En la Argentina, se ha aprobado recientemente el uso de Asciminib desde la primera línea de tratamiento para adultos con leucemia mieloide crónica en fase crónica. Este medicamento es el primero y único en su clase, ya que fue desarrollado con el propósito específico de reducir eventos adversos. De acuerdo a los resultados obtenidos, este innovador mecanismo de acción demostró un perfil de seguridad superior y una eficacia mayor, en relación con los inhibidores de la tirosina quinasa de primera línea disponibles actualmente.

"Desde la llegada de los tratamientos dirigidos como los ITK, el tratamiento de la leucemia mieloide crónica ha evolucionado de manera significativa. Asciminib representa una nueva era en esta evolución al ofrecer un mecanismo de acción altamente selectivo. A diferencia de otras terapias, actúa de manera innovadora para bloquear el desarrollo de la enfermedad, lo que podría favorecer un mejor control a largo plazo y, en algunos casos, permitir la discontinuación del tratamiento", concluye la Dra. Pavlovsky. Claudio Pairoba es bioquímico, farmacéutico y doctor por la Universidad Nacional de Rosario. Máster en Análisis de Medios de Comunicación y Especialista en Comunicación Ambiental. Miembro de la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario y la Red Argentina de Periodismo Científico. Acreditado con la American Association for the Advancement of Science (Science) y la revista Nature.