En una entrevista concedida poco antes de ser elegido como el nuevo pontífice, Robert Francis Prevost —ahora Papa León XIV— ofreció una mirada íntima sobre el legado de su predecesor, el Papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025.
Prevost resaltó la coherencia y autenticidad de Francisco, así como su compromiso con los más desfavorecidos. Recordó su primer encuentro con Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires, cuando este era arzobispo, y cómo esa relación se fortaleció con el tiempo, especialmente durante su labor como obispo en Chiclayo, Perú.
Reflexionar y agradecer lo que Francisco dejó
"En los tiempos en que yo era prior general de los agustinos, varias veces, durante las visitas a mis hermanos en Argentina, cuando él era todavía cardenal, tuve la oportunidad de conocerle y hablar con él, de manera informal y sobre cuestiones más institucionales", recordó Prevost.
El entonces cardenal también rememoró momentos significativos, como la visita del Papa Francisco a Perú en 2018, donde mostró su cercanía con las comunidades locales. Además, destacó la importancia que Francisco otorgaba a la renovación constante de la Iglesia, en línea con las reformas impulsadas por el Concilio Vaticano.
"Me preguntaba: '¿Cómo estás? ¿Cómo van las cosas?' -evocaba Prevost-; dio tanto a la Iglesia, sus gestos de cercanía hablan con tanta elocuencia".
Rememoró además, de aquel viaje papal a Perú, el caso de una mujer ciega de 99 años de su diócesis que llegó a Trujillo porque quería tener contacto con el Pontífice. "Él se bajó del coche, se acercó a ella y la saludó. Nos dejó muchos ejemplos así; en su hermosa humanidad, quiso vivir el Evangelio y transmitir el Evangelio".
Seguir un camino de paz, unidad e inclusión
Tras la muerte de Francisco, Prevost expresó la necesidad de reflexionar y agradecer el legado dejado por el pontífice argentino. Pocos días después, el 8 de mayo de 2025, fue elegido como el 267º Papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV.
En su primer discurso como Papa, León XIV hizo un llamado a la paz, la unidad y la inclusión, instando a "construir puentes" y a trabajar por una Iglesia cercana a quienes más lo necesitan.
Este nombramiento marca un hito histórico, ya que es la primera vez que un miembro de la Orden de San Agustín asume el papado.