Decidió hacer público un reclamo para poder recuperar cuánto antes su moto. Se trata de la historia de Cintia, quien fue víctima de un robo a punta de arma en el mes de febrero de este año. En ese entonces, se llevaron el rodado, su único medio de transporte para trabajar y trasladar a su hija a la escuela y a rehabilitación, Margarita, quien quedó cuadripléjica a los 7 años como consecuencia de un impacto de bala en la vía pública.
En diálogo con De 12 a 14 (El Tres), relató cómo fue la sucesión de los hechos y puso en palabras un pedido desesperado. A principios de este año le robaron la moto en la puerta de su casa con un arma de fuego. “Fui a hacer la denuncia correspondiente, la moto no tenía seguro porque no lo podía pagar. Cuando había desistido de que aparezca, a fines de mayo, llegó una chica a mi casa pidiendo firmar un 08”, relató.
Esta persona compró la moto a través de un sitio de Facebook y la retiró en San Nicolás en un punto de encuentro. En ese momento, según contó Cintia, las citaron al MPA. “Yo estaba re contenta de haber recuperado la moto”, dijo.
Sin embargo, ahí comenzó la odisea. De acuerdo a lo que comentó, el fiscal le dijo que la moto debe continuar retenida: “La tiene ella y no yo, que soy la titular registrada, tengo los papeles y la denuncia de cuando me la robaron. Yo no tengo la culpa de que a ella la hayan estafado. A mí me robaron, fui víctima, y gracias a dios no me mataron. La Justicia no me la quiere devolver”, lanzó indignada.
A la espera de poder recuperar su vehículo, Cintia mencionó por qué necesita tanto la moto: “Mi única entrada hoy en día es una pensión y cosas que yo vendo. Ahorré un año y medio para comprarla. Me costó muchísimo. La necesito más que nunca para poder llevarla a mi hija a rehabilitación”.
“La moto la tiene la chica estafada en su poder. El fiscal Covani me dice que es preferible que la tenga ella. Yo no pido más nada que lo mío, es mi única herramienta de trabajo”, agregó.
La hija de Cintia, Margarita, hoy tiene 20 años y a los 7 recibió un disparo que la dejó cuadripléjica, en medio de una balacera un domingo a la tarde. “Con Margarita somos nuestro único sostén, no tenemos más a nadie. Ella hace cinco meses que no tiene transporte para ir a la escuela y a rehabilitación”, señaló.