La epopeya de un grupo de jóvenes pilotos peruanos, que en 1982 colaboraron la Argentina durante la Guerra de Malvinas, emocionó a los oyentes de Radio 2 este viernes al mediodía. El teniente retirado de la Fuerza Aérea Peruana, Pedro Seabra Pinedo, dio increíbles detalles de una historia muy poco narrada, que une a ambas naciones. 

Diez aviones de combate Mirage y un Hércules peruanos llegaron en secreto el 6 de junio de 1982 a Jujuy para reforzar a la Fuerza Aérea Argentina, que prácticamente se había quedado sin cazas.

"Nosotros estábamos en una base practicando entrenamiento al sur del Perú, en La Joya, distrito en la provincia de Arequipa. Y fue ahí que se produjo la decisión política y militar de proporcionar ayuda militar con 10 aviones Mirage a la Argentina", explicó Pedro Seabra Pinedo en El Contestador (Radio 2).

El secreto mejor guardado

 

"Un día y medio antes de partir, seleccionaron a los pilotos con destino a Jujuy, que era la primera escala, y posterior a Tandil, que era el destino final", agregó el ex comandante en jefe de las FAP.  

Nadie sabía nada y nadie lo supo después: "Cuando nosotros llegamos a la línea de vuelo, descubrimos los aviones (porque estaban cubiertos) y ya tenían pintada la escarapela argentina y la identificación de las Fuerzas Armadas Argentinas", aseguró.

Los aviones tenían adosados tanques de combustibles extras para poder volar durante más de tres horas y sin pedir permiso de radio a nadie para mantener la reserva de la operación.

"Éramos jóvenes pilotos bien entrenados, que sabíamos lo que hacíamos y sabíamos a lo que nos podíamos enfrentar. Pero a la vez era muy desafiante saber que íbamos a un lugar en donde estaban colegas nuestros, pilotos de caza, con lo que ello implica", aseguró en Radio 2. 

Fue tan grande la hazaña y tan secreta la operación que, con los años, Pedro terminó siendo el Comandante General de las Fuerzas Aereas de Perú: documentos no pude encontrar nada. Todo fue tan bien guardado que no había nada. Ni nuestros compañeros de campamento sabían donde estábamos, tampoco les dijimos a nuestros familiares a donde íbamos".

Tiempo de contar a historia

 

"Entendí que había que escribir esto una vez que fui a Córdoba, como director de la Escuela de Oficiales. Allí, estábamos en una cena con los alumnos y el director de Córdoba anuncia que estaba allí, un piloto había estado en aquella colaboración: no lo sabía nadie. Ni mis alumnos. El aplauso, esa emoción y ese reconocimiento hicieron que supiera que era el momento de hacer algo con ello", expresó emocionado Seabra Pinedo.

Y agregó": No se lo dije nunca ni amis hijos ni a mi esposa ni a mis padres. Con esa recepción me di cuenta de que había que contar la historia.

La historia vio la luz primero en Argentina, lueg. en Inglaterra y finalmente en Perú. "En 2010, en un diario salió la historia pero con algunos datos erróneos y ahí fue que se enteró mi familia porque allí en esas páginas figuraba mi nombre". 

Según anunció Pedro, "hay productoras estadounidenses que quieren hacer una película porque la historia lo amerita y fue histórico para los dos estados". 

El grado de hermetismo sobre aquella colaboración incondicional unió para siempre a los pueblos. Para el Perú, las Malvinas serán siempre Argentinas. 

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