En la concentración que se realizó este miércoles en Rosario, en el contexto de una jornada nacional para pedir por la ley de emergencia en discapacidad, madres y abuelas de chicos con autismo u otras discapacidades describieron una situación dramática por el ajuste en el sector y dieron a De 12 a 14 (El Tres) testimonios muy emotivos.
En el acto realizado en la plaza San Martín desde las 11, hubo acompañantes terapéuticos, profesionales, trabajadores como transportistas, referentes de instituciones, además de pacientes y sus familiares.
Los voceros de la protesta contra el ajuste nacional compartieron su angustia y temor, no solo por la pérdida de trabajo o porque los profesionales no cobran sus haberes sino por las familias de personas con discapacidad que temen perder sus terapias y planes, algunos ya sufren ese retroceso.
“Todos somos personas con discapacidad en potencia”
Gabriela sintetizó varios de los reclamos que se realizan en la jornada. Con su hijo en brazos de 5 años, un chico que fue operado cuatro veces por los médicos del hospital Garrahan, quienes le salvaron la vida, contó su situación dramática.
“Él nació con una cardiopatía congénita muy severa y tuvo cuatro intervenciones de corazón, la última en diciembre del año pasado. Siempre lo operaron los profesionales del Garrahan y sin ellos él no estaría acá”, dijo.
La mujer se presentó como familia monomarental, que sufre el abandono de la corresponsabilidad paterna. Al no poder ejercer su profesión por las tareas de cuidado se empobreció “un montón, estoy endeudada y tarjeteo el supermercado”.
“Hoy en día estamos complicadisimos para sostener terapias, nos quedamos sin prepaga porque no la podemos seguir pagando. Estamos con asistencia mínima, pública, recién este año logré que tenga una fonoaudióloga después de un año de espera y le faltan un montón de terapias que no están en el sistema público”, explicó.
Sobre las respuestas de un funcionarios del gobierno nacional quien afirmó que los discapacitados son “un problema de las familias” y no del Estado, respondió: “Todos somos personal con discapacidad en potencia. Nadie está exento de sufrir un ACV o un accidente de tránsito que le deje una lesión grave que lo convierta en una persona con discapacidad”.
“Los derechos que tienen las personas con discapacidad, son eso, derechos. Necesitamos la accesibilidad libre a los espacios que tienen el resto de los mortales”, señaló y lamentó la insensibilidad del Gobierno porque “a una persona que piensa así, carece de empatía, no le interesa el otro y es como pedirle peras al olmo”.
“Mi hijo no es un problema, es una bendición”
“Mi hijo se llama Marío desde los 4 años está diagnosticado con autismo y va a la escuela Normal 1. Asiste a las terapias y sin los profesionales no podría sacarse una buena nota y estar con sus compañeros”, contó otras de las mujeres presente y compartió su felicidad: “Que venga tu hijo y te diga «mamá tengo un amigo», porque le costaba mucho relacionarse”
“Eso es gracias a que él tuvo sus terapias desde los 4 años y nos costó mucho como familia sostenerlo. Pero mi hijo no es un problema como dicen, que es «un problema de cada familia», mi hijo es una bendición que yo tengo”, defendió y mostró un exámen en el que su hijo se sacó un 7 con un “¡Te felicito Mario!” de la maestra.

“Es un logro bárbaro lo que hizo, muchos me decían que no iba a poder lograrlo, gracias a los docentes y al equipo terapéutico pudo estar en una escuela Normal, la número 1”, dijo y contó que su temor es por los cambios de políticas pierde ese lugar: “Que retroceda y no pueda seguir avanzando. El es tan normal como cualquier chico, tiene déficit pero lo estamos tratando de enfrentar todos los días”.
“¿Por qué hacen esto, díganme por qué hacen esto?”
Rosa, la abuela de dos jóvenes con autismo, reclamó contra el ajuste: “Solo quiero saber por qué están haciendo esto ustedes, no se dan cuenta que son criaturas, yo tengo dos nietos con autismo, ¿por qué hacen esto, díganme por qué hacen esto?”
La mujer dijo que es apoderada de la madre de los chicos: “Mis nietos son mellizos y tienen 27, mi hija, 50, y también tiene problemas, tengo miedo que le agarre un ataque de nervios, ¿por qué hace esto el Gobierno?”.
Rosa pidió también mejores honorarios para los trabajadores del sector: “Los maestros que con tanto amor atienden a los niños, los del transporte que con tanto amor suben a los niños (a los vehículos), lo veo con mis propios ojos. Por favor ayudenlos, ayuden a esos niños, no le saquen esos beneficios, porque los padres no tienen, cobra una miseria, estoy llorando”.
“Les quitan los pañales, los medicamentos y el transporte”
Otra abuela de un chico que quedó cuadripléjico después de un asalto pidió a “los gobernantes de turno que tengan un poquito de dignidad y le den a quienes realmente necesitan, le quitan los pañales, los medicamentos y el transporte”.
“Estoy muy indignada, porque ningún chico se merece todo esto que estamos pasando”, dijo angustiada y no pudo seguir hablando.
Las madres y abuelas después de hablar se abrazaban entre ellas y se contenían. Son, para el Gobierno libertario, un gasto innecesario.