Por cuarta vez desde 2022, Rosario vivió un homenaje ligado a los héroes y excombatientes de Malvinas muy emotivo en el cementerio El Salvador. Puede sonar raro, a oxímoron, pero es una fecha para los muertos que está cada vez más viva. Empezó con la recuperación de los restos del marino Felipe Gallo y el recuerdo del hundimiento del crucero General Belgrano, el 2 de mayo de 1982. Creció en 2023, con los 13 caídos de la región y este 2025 se expandió a una memorabilia para todos los veteranos de Malvinas.

El acto comenzó a las 10.15 con una formalidad que se fue quebrando de a poco. Después de los saludos habituales, se descubrió la obra abierta preparada en los últimos días: un marco con las islas pintadas de fondo que contiene 68 chapas con los nombres y fotos de los soldados que murieron después de la guerra. Son en total, y hasta ahora, 81 personas en ese sector del cementerio y museo.

Alan Monzón/Rosario3

Juntos, otra vez

 

Los familiares que estaban sentados sobre el Paseos de los Ilustres se levantan y se acercan al muro, ubicado detrás del monolito que contiene las cenizas de Gallo y otras cuatro estructuras con las imágenes de los otros doce héroes. 

Empiezan a revisar los rostros. Encuentran a sus seres queridos. Dos mujeres se abrazan y lloran. Padres, hermanos, hijos miran en silencio. La escena es contagiosa.

Claudia, la esposa de Hugo Daniel Morano, fallecido en 2015, deja caer una lágrima que le recorre la mejilla. Su hijo mayor, Matías, la acompaña. Celebran que su nombre quede asociado a un homenaje a Malvinas. Dicen que por primera vez tienen un espacio de reconocimiento como excombatientes, todos juntos.

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El salto de Paz y las fotos cruzadas

  

Dos mujeres muestran una foto gigante de Adrián Eduardo Paz, el excombatiente que saltó del Monumento a la Bandera el 22 de noviembre de 1999 (hubo más de 300 suicidios de postguerra). Las mujeres son sus hermanas, Marta Alejandra y Graciela. Al lado de Paz, que posa de soldado con un arma, hay otro joven. “Ese soy yo”, dice Ariel Giménez, uno de los presentes en el acto. 

Se ríen de la casualidad porque el veterano trajo, a su vez, otras fotos antiguas (marinos en el portaaviones ARA 25 de Mayo) que ahora se las pasan e intercambian. Las hermanas valoran el espacio. Dicen que hay placas de su hermano en una plaza y en el Monumento pero es “buenísimo que hayan creado este lugar común, porque Malvinas es una herida abierta”.

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“Es un lugar para soltar un lagrimón”, completa la otra hermana y agrega: “Me sorprendió la cantidad que hay ya”. Son 68 los fallecidos después de la guerra, muchos de ellos en pandemia.

Las fotos las recolectó, familia por familia, Fernando Vitale, el excombatiente que también rescató la historia olvidada de Felipe Gallo en 2022 y que, de alguna manera, habilitó todo lo que vino después. 

Por eso, es un día especial también para Norma Gallo, hermana de Felipe, y para Santiago, el hijo que viajó de Buenos con dos hijas suyas, nietas de Felipe. “Ahora el 2 de mayo es una fecha oficial, reconocida, y eso es importante para nosotros”, dice Norma.

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En la pared, hay doce chapas con nombres pero sin imágenes. Dante Taparelli, artista plástico y exsecretario de Cultura, aclara que se van a ir agregando las fotos a medida que los familiares las acerquen.

También se sumarán, con los años, más identidades a esa obra en construcción. Eso implica, además, una tarea para continuar.

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La soberanía, la patria, la libertad con hermandad

 

Claudino Chamorro, presidente del Centro de ex soldados combatientes de Malvinas de Rosario, abre los discursos. Remarca, como todos, que el 2 de mayo sea fecha de homenaje oficial para “honrar a aquellos que dieron todo, los que quedaron en el fondo del mar (tras el hundimiento del crucero General Belgrano), los enterrados en Malvinas y también a los que fuimos dignos de volver y seguimos luchando a pesar de la desmalvinización que se hizo”.

Chamorro llama “a hacer entender” a quienes gobiernan la importancia de no entregar “nuestra soberanía al imperialismo”.

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Soledad González, hija de Marcelino, ya fallecido, lee un texto de agradecimiento como puede. Se sostiene hasta el final, que cierra con un “viva la patria, vivan nuestros héroes de Malvinas” y cuando termina suelta el llanto contenido y un abrazo interminable con los suyos.

“Miro las fotos y no hay uno que no tenga cara de Malvinas”, dice Taparelli y explica: un rostro de sufrimiento y de haber hecho lo mejor que alguien puede hacer que es “dar de comer”.

El exsecretario de Cultura local arenga y marca diferencias: “Viva la libertad pero con hermandad y fraternidad porque sino es libertinaje y nadie quiere un país libertino”.

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A propósito de una gesta nacional que debe unir, la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, tiene el gesto de reconocer la presencia del diputado nacional Eduardo Toniolli y agradece a los excombatientes por “enseñarnos a cultivar la memoria”.

“La patria –dice– se defiende no solo a los gritos y por eso es importante dar pasos como este y tener un acto oficial para los héroes del 2 de mayo y para los que volvieron y siguieron. Porque las Malvinas fueron, son y serán argentinas”.

El podcast "Los dos rescates de Felipe Gallo"

 

Parte 1:

Parte 2: