En el marco del estreno de El Eternauta en Netflix, uno de los proyectos más ambiciosos de la plataforma en Latinoamérica, Ricardo Darín habló en exclusiva con El Tres. El prestigioso actor argentino interpreta a Juan Salvo, el protagonista de la icónica historieta de Héctor Germán Oesterheld, y se refirió a los desafíos físicos y emocionales del papel, pero también a las resonancias sociales que atraviesa la historia.

Sobre el trasfondo humano de la serie y la destacada importancia de lo colectivo ante un escenario crítico, reflexionó: “Es muy fácil decirlo, no es muy fácil ponerlo en práctica. A todos nos gustaría que el mundo fuera un lugar donde nos preocupe lo que le pasa al de al lado, pero nos estamos acostumbrando visualmente a cosas muy raras, como ver familias durmiendo en la calle”, agregó en una entrevista con la periodista Cecilia Oriolani en Buenos Aires.

El actor relató que, aunque la primera vez que presenció una escena de esa naturaleza en su vida cotidiana quedó impactado, con el tiempo esa visión se volvió habitual: “No sé si como mecanismo de defensa o qué, pero empezamos a naturalizarlo. Entonces uno dice: ‘Había un matrimonio con tres chicos durmiendo sobre unos cartones…’.¿Qué? Es raro. Y cuando llega la hora de actuar, no sé quién está realmente dispuesto a resignar algo y dar ese paso”.

La serie, producida por Netflix y rodada en distintas locaciones de Argentina, narra una invasión alienígena en medio de una Buenos Aires nevada y sitiada, pero es también una metáfora sobre la resistencia y la acción colectiva. En ese sentido, Darín destacó las cualidades de su personaje que desearía poseer en la vida real: “Arrojo, valentía, coraje, destreza… pero no las tengo”, bromeó entre risas.

Más allá del discurso, el rodaje representó un reto físico notable. El actor detalló el esfuerzo detrás de escena. “El peso del vestuario, la máscara, las armas, la mochila, las botas… Y la nieve que te tiran todo el tiempo, que va mojando el traje y lo hace pesar el doble. Son obstáculos físicos”, detalló.

Pero lo más desafiante, según Darín, fue otra cosa: “Después está lo otro, cómo lidiar con semejante historia, que es truculenta”.

Sobre si esta producción marcará un antes y un después en la ficción nacional, Darín fue cauto pero optimista: “No sé si es una bisagra, eso dependerá de los que vengan atrás. Pero sí es una muestra de que se puede hacer”.