Un joven acusado de haber cometido junto a un menor de edad el atentado a tiros contra la casa de Norma Acosta escuchó este miércoles los cargos en su contra ante la jueza Eleonora Verón. De acuerdo con la investigación, ambos soldaditos se movilizaron en bicicleta y actuaron bajo la promesa de recibir 200 mil pesos. Sin embargo, aún no se determinó quién ordenó la balacera ocurrida hace dos semanas.

A 14 días de su aprehensión, el fiscal Pablo Socca imputó a Nicolás Robles (18) por haber trasladado en bicicleta a un adolescente de 17 años que, según la acusación, a las 9.27 del 7 de mayo disparó cinco veces contra el domicilio de pasaje Larguía al 3400, en la casa de Norma Acosta. El ataque se dio en un contexto de tensión en la ciudad, que alimentó todo tipo de especulaciones.

Esa mañana, el Comando Radioeléctrico detuvo cinco minutos después al adolescente que disparó la pistola 9 milímetros (arma que aún no fue hallada) mientras corría por Alem y Biedma. Lo último que se supo de él es que el Juzgado de Menores había dispuesto su libertad.

Nicolás Robles fue detenido esa misma tarde-noche en su casa de Convención al 3600, en barrio Tablada, por personal de Asuntos Internos. Antes de eso, el Comando Radioeléctrico lo había buscado allí tras recibir información de calle, indicó el fiscal Socca.

En la audiencia quedó establecido que tanto Robles como el menor recibieron el encargo de un tal “Monta”, quien se encuentra prófugo pero identificado. Según la Fiscalía, Monta actuó como intermediario, ya que aún no se estableció quién instigó el ataque.

Norma Acosta ha sido protagonista de múltiples denuncias en la última década: desde la muerte de su pareja Miguel “Japo” Saboldi en el penal de Francia al 5200, pasando por su detención y condena por comercialización de drogas –hecho que ella atribuye a una causa armada–, hasta los asesinatos de su padre y su hermano. En distintas oportunidades, Acosta denunció públicamente a bandas narco como la liderada por Luis “Pollo” Bassi, al tiempo que se mostró cercana a un sector del clan Cantero.

En febrero, en uno de sus habituales vivos de Facebook, Acosta ventiló con nombres y apellidos detalles de una denuncia sobre una caja negra de jefes policiales financiada con dinero del narcomenudeo y fondos destinados al combustible de los patrulleros.

Por eso resultó sugestivo que la balacera contra su casa –no la primera que sufre– se produjera 48 horas después de una masiva redada de Asuntos Internos contra trece efectivos policiales de mediana y alta jerarquía acusados de desviar fondos destinados a la nafta de los patrulleros. Todos ellos permanecen detenidos con prisión preventiva en una causa que generó un fuerte cimbronazo en la Unidad Regional II.

A todo esto, Norma Acosta resultó allanada en las últimas horas por falso testimonio, puesto que habría mentido en su declaración, donde aseguró haber visto que los tiradores se movilizaban en un vehículo blanco –lo mismo afirmó ante la prensa–, por lo que su celular fue secuestrado.

Barra, pibes y "trabajos"

Según testimonios citados por el fiscal Socca ante la jueza Verón, el prófugo Monta “es de la barra de Newell's y se encarga de buscar pibes para «trabajos»”, aunque aún no se esclarecieron sus conexiones.

La policía tiene registro reciente de una detención de Monta por portación de arma: al mediodía del 23 de enero, fue identificado como acompañante en el taxi de su hermano frente al Distrito Sur. En una mochila llevaba un revólver calibre .357.

Trama paralela


En la tarde del arresto, en la vivienda de Convención al 3600 se encontraba Luna Robles, hermana del imputado y suboficial que trabajaba en la Central de Emergencias 911. El fiscal Socca ordenó entonces el secuestro del teléfono de la agente policial.

La situación de Luna Robles se agravó el lunes pasado, cuando fue detenida en la cárcel de Piñero mientras visitaba a su pareja y padre de su bebé de cinco meses: Kevin Alfredo Ramos, preso desde septiembre de 2024. Según trascendió, la agente le filtraba información sensible a la que tenía acceso por su trabajo.

La acusación contra Ramos lo ubica en una trama de crimen organizado. Según la Fiscalía, aportó un arma a su primo –el adolescente apodado Soretito– para el ataque a tiros contra un colectivo de la línea 146 el pasado 5 de septiembre, en Abanderado Grandoli y Spiro.

La investigación de ese atentado apunta como instigador a Carlos Jesús “Pelo Duro” Fernández, un conocido en el mundo criminal local, quien habría dado la orden desde la cárcel de Coronda.

Prisión preventiva


La jueza Verón resolverá este jueves si Robles permanece detenido con prisión preventiva, como pidió la Fiscalía, que lo imputó por abuso de armas y portación.