El barrio Chateau Carreras, en la ciudad de Córdoba, fue escenario de un hallazgo perturbador. El viernes por la mañana, un sereno que recorría un predio sobre avenida Ramón Cárcano al 800 dio con bolsas de consorcio que contenían restos humanos: brazos, manos y muñecas desmembradas.

Este sábado se confirmó que los restos pertenecen a Brenda Torres, una joven de 24 años oriunda de la localidad de La Calera que llevaba más de 24 horas desaparecida. La noticia generó una fuerte conmoción y sus familiares y allegados comenzaron a despedirse de ella en redes sociales.

Brenda había sido vista por última vez el jueves. Aún no está claro cuál fue el móvil del crimen ni el motivo de la brutalidad con la que fue ejecutado. Según la prensa de Córdoba, la joven contaba con anotaciones penales por narcomenudeo y violencia familiar, pero no está claro si esos antecedentes están relacionados con el fatal desenlace. En una página de Facebook vinculada a escraches por hechos de inseguridad llamada Basta de robos - La Calera, remarcaron que Torres sufría de adicciones y ello la había empujado al robo callejero. 

La confirmación de su identidad movilizó a su entorno, que la recordó con dolor y afecto. "Mi paloma, como siempre te decía… no lo puedo creer... te quiero tanto, Brenda... siempre quise que salieras de todo eso... fuiste una persona y una amiga hermosa... hasta siempre", escribió una joven junto a una foto.

Una prima también expresó su tristeza en un posteo: “Te fuiste a un viaje sin regreso. No puedo creer esto, nos dejaste helados con esta noticia. Espero que se haga justicia por vos, que no merecías irte así... siempre voy a recordar nuestras locuras. QEPD mi Brenda”.

Otra usuaria publicó un video donde se ve a Brenda bailando en la calle y escribió: “Así te voy a recordar. Siempre me sacabas una sonrisa”.

Los restos fueron hallados por Ramón Ramírez, un sereno que trabaja desde hace cuatro meses custodiando ese terreno. En diálogo con El Doce, relató que alrededor de las 9 salió a caminar por la zona en busca de cardos y notó algo extraño: “Siempre ando por la orilla porque tiran basura. Ahí encontré una bolsa negra que ayer (por el jueves) a las 4 de la tarde no estaba”.

“Empecé a romper con la azadita y veo una venda con sangre. Lo primero que pensé fue que era una criatura”, contó. Al continuar revisando el contenido, creyó al principio que se trataba de carne de cerdo, hasta que vio un brazo humano. “Cuando vi la mano llamé al capataz y le dije lo que estaba pasando”.

De inmediato dieron aviso a la Policía, que preservó la escena. El fiscal de turno ordenó las primeras medidas investigativas.

La bolsa con restos estaba sola, ligeramente apartada de otros residuos, en un basural improvisado. Una fuente cercana a la investigación dijo a La Voz del Interior que una de las líneas de trabajo apunta a determinar cómo llegaron los restos hasta ese lugar: “Hay que ver si llegó a pie, en moto o en algún vehículo. Es un trabajo muy fino, pero confiamos en que puede darnos una pista concreta”.

“El jueves a la tarde esa bolsa no estaba. Cuando vi los restos se me subió la tensión a la mierda. Me puse mal porque nunca vi algo así. Fue un horror ver eso”, concluyó el sereno.