La baja temporal de retenciones a las exportaciones de soja y maíz finalizó este martes por decisión del Gobierno, que no prorrogó el beneficio que sí permanecerá vigente para trigo y otros cultivos. Por lo tanto, ya rigen nuevamente y de manera total las alícuotas de derechos de exportación de esos dos productos clave para el agro argentino, que hizo público su reclamo mediante un comunicado de la Mesa de Enlace.
De esta manera, las retenciones para el complejo sojero pasarán de 24,5% para harinas y aceites y 26% para porotos, a 31% y 33%, respectivamente. Por su parte, para el maíz el incremento iría desde el 9,5% actual hasta el 12% vigente hasta mediados de enero.
Este lunes, horas antes de que entrara en vigencia nuevamente el anterior esquema de retenciones, desde la Mesa de Enlace manifestaron que se trata de un régimen impositivo “distorsivo, anacrónico y perjudicial” que atenta contra el desarrollo del sector.
“La presión fiscal asfixiante, inequitativa e injusta ataca la competitividad del sector en cada provincia donde la cadena agroindustrial define el desarrollo, el empleo y la calidad de vida”, advirtieron desde la entidad integrada por Confederaciones Rurales, Federación Agraria Argentina, Coninagro y la Sociedad Rural Argentina.
A su vez, los representantes del agro remarcaron que sostendrán su reclamo para la adopción de “mediddas urgentes y definitivas” que terminen con “los graves problemas de competitividad” para el sector. Esto mismo lo han manifestado en encuentros con legisladores y autoridades del Poder Ejecutivo nacional.
Por último, el comunicado sostiene que “no hay más margen para medidas discrecionales de corto alcance, que solo profundizan la incertidumbre y la desazón”, y desde la Mesa de Enlace exigieron “reglas claras, previsibilidad y una Argentina sin retenciones”.

Esta declaración se difundió luego de que el viernes pasado se oficializara, mediante el Boletín Oficial, que la baja temporal de retenciones continuará vigente hasta el 31 de marzo de 2026 únicamente para trigo y cebada, sin incluir al resto de los cultivos.
Por ello, a partir de este martes vuelven a su nivel anterior los derechos de exportación (DEX) de ciertos commodities agropecuarios, luego de la reducción temporal dispuesta a principios de año que buscaba incentivar la liquidación de la cosecha gruesa.
“Con la suba de retenciones, el poder de compra del sector exportador se ve mermado. Tomando los valores actuales para embarques en julio, el poder teórico de compra de la exportación caería un 9% en soja y un 3% para maíz”, precisó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La semana pasada, el gobernador de Santa Fe Maximiliano Pullaro consideró como “un error” por parte del Gobierno nacional el no prorrogar la baja de retenciones. “Es no mirar al interior productivo de la República Argentina. Todo lo que se genera en el campo debe quedar en los pueblos y en las ciudades del campo fundamentalmente”, sostuvo.

El complejo sojero volvió a liderar el ranking de productos exportados. Desde fines de enero, se declararon 17,8 millones de toneladas de subproductos (como pellets y harinas proteicas), 7,5 millones de toneladas de poroto, y más de 4 millones de toneladas de aceite de soja.
Entre enero y mayo ingresaron USD 11.713 millones por exportaciones de soja y productos derivados, lo que representa un aumento del 29% en relación al mismo periodo del 2024, según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
Advierten que el cultivo de soja se volverá “inviable”
En este nuevo contexto, desde la asociación que nuclea a los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Crea) presentaron un informe con proyecciones para la campaña agrícola 2025/26. Según el análisis, con los precios esperados a la fecha y bajo el actual esquema impositivo, la soja gravada con un DEX del 33% se tornaría inviable en el 80% de la superficie agrícola argentina. En el caso del maíz, ponderando temprano y tardío, con retenciones al 12%, el área viable se reduce al 39%. En cuanto al doble cultivo trigo/soja de segunda, se trata del caso más comprometido porque un aumento de las retenciones vuelve inviable el negocio en el 87% de la superficie agrícola, aseguraron. “En el corto plazo los DEX distorsionan los precios relativos y promueven una menor producción agrícola, mientras que en el largo plazo tienen un impacto negativo sobre la sostenibilidad de las empresas, las cadenas de valor y la economía argentina”, señaló Ariel Angeli, líder de la unidad de Investigación y Desarrollo de Crea, durante una presentación ante legisladores nacionales del Espacio Legislativo Interpartidario del Agro.