“Y volvimos vieja. Agarra la bici que volvemos a empezar”.

Fábricas sin chimeneas les decía el inolvidable Juan Gerardo Mármora a las inferiores de Newell’s y Central en los 80, cuando en Rosario crecían futbolistas hasta en las alcantarillas. Eran tiempos de oro. Un año salía campeón uno y al siguiente el otro.

Esas fábricas sin chimeneas (nunca mejor descriptas) siguieron siendo el orgullo y el principal sostén de canallas y leprosos antes, durante, después y ahora.

Hoy, una de esas fábricas recupera a uno de sus mejores productos de siempre. Si es por resultados deportivos, el más importante de todos los tiempos entre los suyos. Central acaba de generar el gran impacto futbolístico del año con el retorno de uno de sus hijos más notables.

El mismo que fue hostigado no hace mucho con una amenaza siniestra que lo obligó a no volver.

Angelito en patio de su casa, donde empezó todo (@angeldimariajm)

Los tiempos no cambiaron demasiado, pero Angelito, Fideo, Di María, y su familia, creen que ya es tiempo de darse el gusto a pesar de todos los pesares.

“Que lindo es volver a casa. Qué alegría tan grande poder cumplir nuestro sueño. Vivir en nuestro Rosario querido y poder vestir la camiseta de nuestro amado Rosario Central. Hoy es uno de los días más felices de nuestras vidas. Ese hermoso sueño que teníamos se hizo realidad y ahora más que nunca sólo queremos vivir con alegría y mucha felicidad”, escribió este jueves Ángel Di María en sus redes. Ángel Di María, el propietario de la noticia más impactante del año, no sólo en lo futbolístico.

Para Rosario también es un volver a empezar, como Ángel le escribe a su mamá recordando los tiempos humildísimos de los comienzos cuando ella y é. recorrían un largo trecho para que Angelito entrenara en Central.

Es que Rosario vuelve a estar en el centro de la escena gracias al fútbol, por el retorno de una de sus más grandes estrellas de siempre.

Di María cumplirá el sueño de retirarse en Central, como había prometido, pero fundamentalmente como se había prometido.

La fábrica sin chimeneas le entrega a su ciudad un motivo más de orgullo. Ojalá sea el renacer de buenos viejos tiempos de una ciudad que supo estar orgullosa de sí misma y pelea por volver a ser.

Era una bicicleta amarilla, oxidada, con la que mi mamá me llevaba todos los días al entrenamiento. Tenía un canastito adelante y espacio para llevar uno más atrás, pero había un problema, porque mi hermanita también tenía que venir con nosotros. Entonces mi papá con una sierra le cortó un pedacito de cada lado del canastito, que es donde se sentaba mi hermana”.

“Así que imaginen esto: una mujer andando en bicicleta por todo Rosario, con un pibe atrás y una nenita adelante, más un bolso deportivo, con mis botines y algo de comer, en el canasto de adelante. En subida. En bajada. Pasando por los barrios más difíciles. Bajo la lluvia. En el frío. De noche. No importaba. Mi mamá sólo seguía pedaleando”.

Nadie podría escribir un guión más emotivo.

Ángel rompió la otra pared que le quedaba por derribar. Ojalá la ciudad esté a su altura para cobijar a uno de sus hijos más notables.

“Es una revancha para Rosario”, dijo el intendente Pablo Javkin en Radiópolis. Ojalá Rosario pueda ganar este partido. Hay mucho en juego, pero no se trata de camisetas.