Varios gobernadores salieron al cruce de las declaraciones de Peter Lamelas —el embajador propuesto por Donald Trump para Argentina—, luego de su exposición ante el Senado estadounidense. El diplomático, elogió al presidente Javier Milei, prometió una relación bilateral más estrecha y criticó abiertamente la influencia de China en el país. Sobre esto último, anunció que visitará las provincias para monitorear posibles acuerdos con el gigante asiático. Durante su exposición además, apuntó contra la situación judicial de Cristina Kirchner.

Durante su intervención ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Lamelas dejó en claro cuál sería su enfoque como representante de Estados Unidos en Argentina. Expresó su intención de combatir lo que considera amenazas de gobiernos autoritarios —como los de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán y China— y afirmó que hará todo lo posible para mantener esa influencia fuera de la región.

También aseguró que recorrerá el interior del país para dialogar con los mandatarios provinciales y evitar que establezcan acuerdos con empresas chinas, lo que, según él, podría generar situaciones de corrupción.

Frente a estos dichos, entre otros, los primeros en reaccionar fueron Axel Kicillof (Buenos Aires), Sergio Ziliotto (La Pampa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).

Kicillof repudió públicamente la postura de Lamelas, acusándolo de actuar como si fuera un supervisor extranjero en asuntos internos. Consideró que su intervención constituye una falta de respeto al país y una violación a los principios del derecho internacional, al tiempo que relacionó la actitud del diplomático con la conducta del propio presidente Milei, a quien acusó de tener actitudes similares hacia los gobiernos provinciales.

Desde La Pampa, Ziliotto también se expresó en contra, recordando que su provincia goza de autonomía y que solo dialoga con actores que respetan la democracia y las instituciones.

Aseguró que no aceptará presiones externas que pretendan condicionar las decisiones locales.

En la misma línea, Quintela rechazó cualquier intento de injerencia extranjera en la política argentina y sostuvo que ni en su provincia ni en ningún rincón del país, se va a permitir que un funcionario foráneo opine o influya en decisiones soberanas.

Por su parte, Melella remarcó que Tierra del Fuego no acepta imposiciones ni disciplinamientos, y consideró que las declaraciones de Lamelas rozan el intervencionismo.

También hizo hincapié en que solo los habitantes fueguinos tienen derecho a decidir sobre el destino de su territorio, y aprovechó para recordarle al futuro embajador que debería enfocarse en los problemas de su propio país antes de opinar sobre Argentina.