Desde este jueves, ocho personas se encuentran en el banquillo por el doble crimen de los amigos Dylan Joaquín Valenti (18) y Brian Ezequiel Molina (22), ejecutados en la noche del 30 de septiembre de 2021 con dos pistolas en un camino rural que une Rosario con Pérez, cerca del cruce de Uriburu y Las Palmeras, en la periferia del oeste rosarino. La investigación determinó que esas muertes fueron una represalia por la oscura ejecución de un narco llamado Julián Zanier, asesinado de 30 balazos horas antes en Nuevo Alberdi.
El tribunal está integrado por los jueces Negroni, Facundo Becerra y Hebe Marcogliese, quienes en la primera jornada de debate escucharon al fiscal Alejandro Ferlazzo solicitar penas de prisión perpetua para siete de los acusados, entre ellos el cabecilla Jorge “Chivo” Castillo (30), a quien se le atribuye haber digitado la venganza tras el crimen de Zanier, cometido por un pelotón de cinco personas vestidas de policías que descerrajó 30 disparos en un aguantadero de Fontana al 3100. Un caso que aún sigue impune.
Zanier, quien estaba en silla de ruedas, era oriundo de Villa Banana, pero se ocultaba hacía tiempo en la zona norte, ya que tenía pedidos de captura por dos homicidios.
Según la investigación, la vendeta se diagramó durante la tarde-noche del 30 de septiembre en una vivienda de 27 de Febrero y Brasil. Horas antes, la banda liderada por “Chivo” Castillo, había presionado a distintas personas para obtener un dato que ni siquiera tenían confirmado: quien entregó a Zanier había sido Dylan Valenti, un joven señalado como vendedor de drogas al menudeo.
Esa misma noche localizaron a Valenti. Estaba junto a su amigo Brian Molina, un albañil ajeno al mundo delictivo. Ambos fueron “chupados” por Castillo, su novia Denise “La Colo” Amancay Castro (26), Sebastián “Narigón” Romano (28), Alexis “Popeye” Zárate (21), Hernán “Sombra” Cabrera (31), Emiliano “Pepo” Reunica (30) y Ezequiel Molina (33).
Según expuso el fiscal, una vez interceptados, Valenti y Molina fueron trasladados contra su voluntad en el Volkswagen Suran de Molina, escoltado por un VW Pointer gris de Reunica y al menos una moto.

Molina era completamente ajeno a la trama y pagó con su vida el hecho de haberse encontrado con su amigo. Alrededor de las 20.30 fueron asesinados de trece disparos, efectuados con –al menos– dos pistolas calibre 9 milímetros en una calle de tierra sin luz, que une Rosario con Pérez, a la cual se ingresa desde Las Palmeras (entre Godoy y Uriburu) y se conecta hasta la ruta 14 de Pérez (calle Roque Pérez).
Luego de matarlos, dejaron junto a los cuerpos una nota que decía “con la mafia no se jode” y un dibujo de una corona debajo. Robaron los celulares de ambas víctimas, los aros de oro con grabado y un anillo de oro de Brian Molina. Por último, abandonaron el vehículo Suran. Los cadáveres fueron hallados en la mañana siguiente.
Se cree que Valenti fue asesinado por haber “entregado” al narco Zanier.
En la madrugada del 30 de septiembre, cinco sicarios irrumpieron al grito de “¡Policía!” en una vivienda de Fontana al 3100, en Nuevo Alberdi, y desataron una carnicería. Zanier recibió 32 de los casi 70 disparos; otro joven que lo acompañaba fue herido, pero sobrevivió. Nunca se descartó ni probó la sospecha de participación policial en esa ejecución.
Al momento de ser asesinado, Zanier tenía dos pedidos de captura por homicidio. Había sido baleado en dos ocasiones, una de las cuales lo dejó en silla de ruedas. Era primo de Leonardo “Leo Rey” Saravia –detenido y condenado en la Justicia Federal por tráfico de cocaína– y también de Jorge “Chivo” Castillo, imputado como uno de los autores intelectuales de la venganza.

Una hipótesis señala que la corona que acompañó la nota hallada junto a los cuerpos fue una pista falsa para perjudicar al propio Leo Rey, quien estaba enemistado con sus primos.
En septiembre de 2023, el fiscal Ferlazzo imputó al octavo detenido en la causa: Ezequiel Molina, localizado por la Policía Federal en General Pinedo, provincia de Chaco. Era la pieza que faltaba en el tablero de sospechosos.
En julio de 2022, la División Homicidios detuvo en Villa Banana a Reunica, el séptimo involucrado. Ese mismo mes, Hernán “Sombra” Cabrera fue capturado por Gendarmería cuando viajaba en colectivo rumbo a Corrientes.
En abril de 2022 habían caído Castillo –líder del grupo–, su pareja Denise Castro, Sebastián Romano y Alexis Zárate.
El 7 de abril de 2022, Alan Emanuel Sappa fue imputado por “encubrimiento agravado por provenir de un delito especialmente grave”, luego de que se hallaran en su poder el celular de una de las víctimas y un revólver calibre .32. Presente en el juicio, el fiscal pidió para él 8 años de prisión, a unificarse en 11 por una causa anterior.
También fue detenido Armando Alfredo Molina, el 24 de abril de 2022, acusado por los mismos delitos. En septiembre de 2024 se acogió a un acuerdo abreviado y fue condenado a 8 años de prisión por encubrimiento agravado y tenencia y portación de armas. Se le atribuyó haber recibido dos pistolas utilizadas en el doble crimen, que la Policía halló en su casa de Maradona al 5400 durante un procedimiento derivado de una balacera.