Claudia Villafañe no suele dar entrevistas, sin embargo aceptó la propuesta de Oriana Sabatini y se sentó a charlar con ella de sus vida. Recordó cuándo conoció a Diego Maradona y cómo cambió su rutina para seguirlo por amor.

La nota arranca con un repaso por la infancia de la mamá de Dalma y Giannina. “Vengo de una familia súper normal. Mis viejos laburaron siempre. Vivíamos con mis abuelos maternos, mi hermana, mi papá, mi mamá, yo y mis abuelos en Desaguadero y Baigorria, cerca de la cárcel de Devoto. Ahí crecí hasta los 12 años, la primaria la hice con mi hermana en un colegio de monjas y la secundaria en el San Rafael, que era solo de mujeres", contó.

Y agregó: "Me crié al lado de mi primo Román, que tiene mi misma edad y es el hermano varón que no tuve. Mi papá trabajaba en la línea 25 del colectivo y mi mamá trabajaba en Jonte y Bermúdez, en un local donde cosían uniformes de colegio, vestidos para la comunión, y ahí aprendí el oficio. Esa fue mi infancia, iba al club de barrio, jugaba en la vereda con los vecinos y pasar las fiestas de fin de año con la mesa larga en la calle”.

 “Somos una familia muy unida, y creo que se nace con eso. Después viene la personalidad de cada uno, a mí nunca se me cruzó por la cabeza lo que iba a vivir, o en qué se iba a transformar en mi vida. Pero no me arrepiento de nada y la volvería a elegir”, señaló.

De chica, quería estudiar Ciencias Económicas porque amaba los números, tanto así que aún hoy tiene contacto con su profesora de matemáticas. Sin embargo, el destino puso a Diego Maradona frente a ella, y la posibilidad de estudiar quedó en segundo plano.“No pude estudiar. Por ahí en ese momento era diferente, y la vida se me fue para otro lado. Lo que pasa es que viví muchos años afuera y se me complicaba con mis hijas, sola”, recordó "La Tata". 

Sobre cómo conoció al Diez, Villafañe indicó que él "se mudó a vivir al lado de mi casa en Villa del Parque. Yo tenía 14 para 15 y Diego tenía 15 para 16. Y Argentinos Juniors le alquila un departamento pasillo de por medio del mío, porque era casa, pasillo, casa, pasillo… El destino. Yo estaba por pasar a tercer año del secundario". 

Luego la entrevista se enfocó en lo duro que fue irse de Argentina con 20 años. "Era un «voy a ver qué pasa»; pero ese voy a ver qué pasa no es el mismo de ahora. Pasaron 42 años, era otra cabeza, sin comunicación. Mis viejos encima no tenían ni teléfono de línea en su casa", dijo y sumó: "Tenemos que pensar que uno va a acompañar por trabajo y que siempre tenés la posibilidad de regresar a tu casa cuando querés. Tenés que estar convencida de que todo es para bien, y así es más llevadero". 

"La Tata" también habló de lo que piensa la gente de su vida y de lo que realmente fue. "Siempre fui la que me escondía, la que nunca quise aparecer. Le hacían una nota a Diego y yo me ponía a un costado, no quería salir en la foto. Yo creo que mi rol fue el de ser mamá, de formar mi familia y defenderla con uñas y dientes. Y en eso tuve una vida normal de una ama de casa. Cocinaba, iba al supermercado", indicó y agregó: "Por ahí la gente tenía una perspectiva de que vivía en un palacio, con mayordomo, el chofer, la custodia. Yo viví en un departamento súper chiquito en Nápoles, siete años, donde estaba la habitación de mis hijas, un escritorio y la nuestra, con un balcón terraza y nada más. No tenía chofer, ni custodia, solo la señora que venía y se iba. Diego al principio tenía un traductor para hablar con sus compañeros, pero nada más. Nos arreglábamos cada uno con su auto"- 

Sobre cómo es perder a la persona que es el padre de tus hijos, Claudia no dudó: "Eso fue muy duro, muy fuerte. Porque pienso a veces que se perdió un montón. Sé que está igual, dando vueltas por ahí, pero se perdió un montón. A Azul, la última hija de Dalma no la conoció, a Roma sí. A Benja lo disfrutó muchísimo. Se tomaba un avión y se iba a verlo cuando vivía en Madrid. Benja lo recuerda. Roma, aunque lo vio re poquito, también se acuerda. Y Azul lo nombra como si lo conociera y no".

"Esas cosas me dan bronca, más sabiendo lo que pasó, que todavía estamos esperando justicia. Quiero, para que mis hijas estén tranquilas, que todo esto se resuelva y que puedan estar en paz. Pienso a veces que por más que nosotros estábamos separados, compartíamos muchas cosas juntos, salir a comer con las chicas, cumpleaños de Benja. Presentaciones de Dalma, de Giani, lo que sea. Mucho recorrido. Bueno o malo, como hablábamos antes. Cosas lindas, cosas feas. Alegrías, tristezas. Y a veces le hablo. Viste cuando estás sola y «la puta madre vos podrías haber estado acá, poder estar, estar disfrutando de un montón de cosas». Y hay cosas que me duelen más cuando se trata de mis hijas", señaló. 

Sobre quién sería Claudia sin haberse enamorado de Diego, la organizadora de evento dijo: "La mamá de hijos, seguramente. No sé cuántos ni cuáles, pero me veo mamá 100%. Hubiera tenido una familia. Me veo mamá, abuela, lo que soy ahora".