Josefina Del Río (35 años) es convencional constituyente por el frente Unidos, integra la estratégica comisión de Régimen Municipal y es la voz del intendente Pablo Javkin a la hora de plantear la autonomía municipal plena para Rosario en el marco del proceso de reforma constitucional de la provincia que ya está en marcha. La abogada está a cargo del Servicio Público de la Vivienda de la ciudad y es una de las jóvenes que forman parte de una generación de políticos que irrumpieron en la Convención más allá de su experiencia en la gestión local.
En el marco de su participación en la primera reunión de la comisión que se hizo este viernes en la facultad de Derecho de Rosario, Del Río habló con Rosario3 sobre sus desafíos y aportes a la Convención, que exceden el gran tema que impulsa su espacio: la autonomía municipal. Tampoco dejó de considerar la apatía ciudadana que se tradujo en la caída en la asistencia a la hora de votar en las últimas elecciones. Y también dejó sus impresiones sobre los grandes proyectos de la ciudad en materia de infraestructura y planeamiento urbano.
-¿Quién es Josefina Del Río?
-Primero, una profunda rosarina. Soy madre de Anita, de un año y 14 días, elegí ser madre en Rosario y me casé en Rosario. Mis dos padres son arquitectos, apasionados de las ciudades, mi hermano también es casi arquitecto, por lo tanto crecí en una casa donde se hablaba de lo urbano desde niña. Uno de los recuerdos que tengo es estar dibujando la fachada del bar Espiria en la Plaza del Foro porque mi madre hacía relevamientos de fachadas históricas y me llevaba allí. Y eso prendió, aunque me alejé del mandato familiar y terminé en la Abogacía, porque tuve una clara inclinación al Derecho urbano y el derecho a la ciudad.
-¿Cuál es tú trayectoria en la función pública?
-Sin militar todavía, en el 2014 me presenté a una pasantía en la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo y fui seleccionada. Después me contrataron y luego pasé a la Secretaria de Hábitat. En el 2017 me sumé al proyecto Red Ideas y ahí conocí a Pablo (Javkin) quien en el 2019 me propuso hacerme cargo de la subsecretaría de Hábitat y desde 2023 estoy en el Servicio Público de la Vivienda y Hábitat.
-¿Cómo fue llegar a la Convención Constituyente?
-Es un orgullo representar a Rosario y al espacio político (partido Creo) en algo tan histórico y trascendental. En la facultad un profesor nos decía que el proceso de reforma constitucional no pasaba nunca, y ahora está pasando. Me lo tomo con una seriedad increíble, soy una obsesiva, estudiando muchísimo, quiero disfrutar y estar a la altura de las circunstancias.

Nueva Constitución y autonomía
-¿Qué aportes podes dar en la Convención?
-Ser la voz de Rosario. Como espacio político junto al intendente bregamos por la autonomía. Nos parece fundamental. Es ilógico pensar que no la tuviéramos todavía.
-¿Qué le va cambiar la vida de la gente tener una nueva Constitución?
-A veces vemos a las Constituciones como un espacio lejano. Pero es un pacto republicano, democrático y representativo, que son las bases de la convivencia de la sociedad. Ojalá que mucha gente se involucre.
Que haya ido a votar poca gente (en las últimas elecciones) nos interpela porque toda instancia de gestión y legitimación está atravesada por el interés de los vecinos. Hay que fomentar la participación ciudadana porque la Constitución la incluye como así también una cláusula ambiental, el derecho a la ciudad, el ordenamiento territorial con incidencia directa en nuestra vida cotidiana.
La Constitución es un texto normativo, no es la solución inmediata y directa, es un fundamento a partir del cual se construye el andamiaje jurídico y administrativo que la hacen posible.
-¿Y cómo enfrentar ese escenario de apatía por parte de la población que se traduce en la baja asistencia a votar?
-La discusión hay que darla en términos de comprometerse con lo público y discutirlo con la gente y no desde lo partidario. Cuando se toma una decisión de hacer espacio público y de manera participativa hace que todos opinemos sobre ese espacio. Por ejemplo, la inauguración de la plaza De los niños y las niñas en barrio Tablada se concretó tal como la habían dibujado los vecinos. La discusión pasa por dar resultados concretos, hacer gobiernos eficientes y razonables, y trabajar por la concreción de la voluntad de la gente.
-¿Qué nivel de autonomía van a plantear para Rosario?
-Queremos una Rosario autónoma tal como indica el mandato constitucional de la Carta Magna nacional del 94. Cuando lees los dictámenes de la comisión de Federalismo en esa reforma se puso taxativamente en qué consiste la autonomía para que la interpretación no sea libre. Se trata de una autonomía institucional, económica, financiera y política; ese es un norte. Pensamos que quien gobierna bien, si no le atas los brazos, gobierna mejor.
-¿Pero es posible avanzar en una autonomía así en esta reforma? ¿Y qué le cambiaría a la ciudad ser autónoma?
-Nos interpela que sea así. Somos una de las pocas provincias incumplidoras con la Constitución nacional en materia de autonomía. Por supuesto que no todas las localidades son iguales y Rosario tiene diferencias históricas y sociológicas. Somos más grandes y tenemos una madurez institucional enorme. Que en la práctica ya gozás de esas funciones y nos debemos que esa norma esté en la carta orgánica.
El reconocimiento de la autonomía por ejemplo te permite sacar empréstitos sin pasar por Provincia y Nación. No queremos que nos pase como ya sucedió, por ejemplo, con las obras de Cullen y Sorrento donde la demora en la gestión para obtener esas autorizaciones para tomar un crédito internacional hizo que se perdiera y hoy el municipio deba financiarlas con recursos propios.
-¿Cuáles son los grandes proyectos que tiene la ciudad en ese sentido?
-Hay tres que me sacan el sueño. Una es la urbanización de Tablada, un barrio signado por la violencia que hemos intervenido a paso firme, con impacto enorme en materia de servicios y seguridad; allí, como decimos, abrimos calles y derribamos bunkers.
Otra es la de Cullen y Sorrento, es el norte de porqué tenemos que ser autónomos.
Y la tercera, Nuevo Alberdi donde vinimos de una experiencia fallida con espacios políticos de la ciudad que siendo aliados de (los gobiernos de la) Provincia y Nación no lograron traer recursos y hoy estamos pavimentando avenida Baigorria que conecta barrios a otros accesos a la ciudad.
Algo personal
-¿Te consideras parte de una nueva generación de políticos?
-Es difícil de responder. La pertenencia y las construcciones colectivas van borrando esas construcciones generacionales. Pablo (Javkin) es un obsesivo y apasionado por la política y es el fiel reflejo de lo que esperaba. No lo veo generacionalmente distinto o me cuesta esa visión generacional.
-¿Cuesta imponerse como mujer en ciertos ámbitos de la política?
-En nuestro caso no. Fue toda una definición que alguien de 35 años, mujer, madre, que ocupa lugar en la gestión, fuera a una constituyente a defender a la gente. Nuestro espacio es muy abierto, participativo y plural.
-¿Nunca te han dicho: “Nena, vos qué haces acá”?
-No en lo partidario y tampoco en lo cotidiano. Me ha pasado en el entorno de la construcción donde priman los hombres y sólo en algunos momentos.
-¿Dónde te ves en el 2027 ya que Javkin dejará de ser intendente?
-No lo sé. Espero que me encuentre en una tarea del Ejecutivo ya que disfruto del trabajo en la gestión, es más no me tomé licencia para ser convencional constituyente. Ojalá que siga siendo parte del Ejecutivo en el caso de poder elegir.
-¿Te ves como candidata?
-En nuestro espacio político se deciden colectivamente las candidaturas. Si hay consenso, sí claro. Tiene que ver con construcciones colectivas, no es una aspiración personal ser candidata.
-¿Cómo la política te cambió la vida?
-Te cuento una anécdota graciosa. Estoy aprendiendo a vestirme formal, pantalón de vestir y zapatos, es un mundo nuevo para mí, ya que vivo en zapatillas y zapatos de obra. La gente no me reconoce y me dice que estoy bien vestida.