-Se cayó la licitación para reparar la pista del aeropuerto de Rosario. ¿Se la esperaban?

-No se cayó. Aterrizó suavemente y en el momento previsto.

La ironía aeronáutica del funcionario santafesino alude al desenlace de una historia que, dice, ya se veían venir que terminaría así. En parte porque Milei está profundizando el ajuste en obra pública; y en parte porque los funcionarios del organismo que controla los aeropuertos (Orsna) cambiaron en la mitad del proceso licitatorio. 

Lo concreto es que el aeropuerto perdió un año y medio de tiempo y ahora debe empezar de nuevo con una obra crítica. La provincia licitará por cuenta propia e intentará hacer la obra en abril de 2026, mes que se caracteriza por un menor flujo de vuelos. Asumirá el 100% del costo, pero en este caso el gobierno nacional le autorizó a hacer la obra. Distinto es con las rutas nacionales: la anulación de licitaciones de mantenimiento a pesar del estado calamitoso, empieza a movilizar a las comunidades que están sobre esas trazas. Venado Tuerto será la primera en la ruta nacional 33.

El deterioro del vínculo entre las provincias y el gobierno nacional tiene distintas fuentes. Una es la exigencia desde la Casa Rosada para que los gobernadores eliminen impuestos y doblen el ajuste fiscal. Los gobernadores ya hicieron saber que no pueden ni quieren. En primer lugar porque ajustar, ajustaron, y tienen cuentas equilibradas. Pero además porque la política de baja de inflación, impuestos y gasto público sólo la capitaliza Milei. Si los gobiernos de provincia mañana dejaran de hacer obra pública y dar seguridad, la gente no se la va a agarrar con Milei sino con ellos. 

Otra arista que tensiona es la ausencia de interlocutores en la Casa Rosada. El cierre de listas de la Libertad Avanza en provincia de Buenos Aires sacó a la superficie la interna feroz que libran Karina Milei y el asesor Santiago Caputo. Tan feroz que deformó el “triángulo de hierro” que ambos integran junto con el presidente. ¿De qué forma esto repercutió con las provincias? Caputo, que dialogaba de forma directa con muchos de los gobernadores, ya no está en condiciones de tomar y garantizar compromisos. 

En consecuencia, el intercambio está reducido a funcionarios de segundas y terceras líneas de escasa capacidad de decisión, mientras tanto nadie resuelve los problemas concretos. La ampliación de las plantas de agua potable de Rosario y Santa Fe están paralizadas, no se tapan pozos en las rutas y cientos de miles de autos circulan sin chapa patente.

Otro núcleo de tensión se juega en el Congreso de la Nación en torno a los proyectos de ley que impulsaron los 24 gobernadores para que se redistribuya entre las provincias el fondo de Aportes del Tesoro Nacional y parte de la recaudación del impuesto a los combustibles. 

Después de la media sanción en el Senado, en la Cámara de Diputados apareció un ruido entre el frente de gobernadores y el bloque de Unión por la Patria, que quiere que se trate el rechazo a los vetos al aumento de las jubilaciones, moratoria previsional y discapacidad en la misma sesión en la que se aprueben los fondos de ATN e Impuesto a los combustibles para las provincias

El problema que se presenta en Diputados es que gobernadores aliados del gobierno, como Leandro Zdero de Chaco y Alfredo Cornejo de Mendoza, u otros que están a punto de cerrar acuerdos electorales con La Libertad Avanza como el entrerriano Rogelio Frigerio, acompañan las leyes de ATN y combustibles pero no los vetos.

El presidente se refirió este sábado al tema con otra impresentable catarata de insultos a los senadores que aprobaron las leyes, entre los que hay aliados de su gobierno. Bajó el tono cuando le preguntaron por los gobernadores: dijo que seguramente reflexionarán y no ayudarán a tumbar los vetos. 

El marco de tensiones entre las provincias y el gobierno de Javier Milei también está dado por el electorado en común que representan y que La Libertad Avanza quiere comerles. 

Esto último quedó muy claro en el encuentro que mantuvo la Región Centro en Córdoba. El radical Maximiliano Pullaro, el macrista Rogelio Frigerio y el peronista Martín LLaryora usaron la plataforma política regional para reclamar por enésima vez a la Casa Rosada que comience a bajar las retenciones. El momento elegido fue estratégico: la misma semana que Milei visitaría la muestra de la Sociedad Rural. 

Desde el primer momento el tridente de gobernadores se embanderó con la baja de “las malditas retenciones”, según la definición que más les gusta, se puso al frente de los intereses del sector agropecuario y presionó por la reducción de la carga tributaria a la par de las entidades del campo. Es de esperar que tras los anuncios de Milei este sábado en La Rural reclamarán parte de los laureles.

Batallar la baja de las retenciones en voz alta es también una devolución de gentilezas a Milei y el ministro de Economía Luis Caputo, que ante cada oportunidad que tienen les exigen que ajusten más de lo que ajustaron, que bajen el gasto público y el impuesto a los ingresos brutos. Es decir que renuncien también a la inversión de capital y el gasto social.

El gobierno de Santa Fe descarta tomar ese camino. De hacerlo le daría un tiro en el corazón al proyecto político de Unidos, que tiene su ABC en el equilibrio fiscal, inversión en infraestructura, seguridad y apoyo a la producción.

Pullaro no encarna un gobierno de oposición a Milei, pero tampoco la juega de aliado. Intenta establecer un vínculo de diálogo y negociación tema por tema en función de los intereses de a provincia. Los matices lo aportan los socios de Unidos: el PRO que en muchos distritos avanza a una integración electoral con LLA, y el Partido Socialista, que en el Congreso es franca oposición.

Unidos sólo de cabotaje

En base a esa realidad, se decidió que Unidos no competirá como tal en las elecciones de diputados nacionales de octubre para preservar su ADN provincial. El resto de las opciones están sobre la mesa y a la espera de más definiciones. ¿Jugará el gobernador con un ministro de su gabinete como cabeza de lista que identifique a la gestión y se resuma en la defensa de los intereses de Santa Fe? ¿O después de haber ganado las dos elecciones locales que quería ganar, Unidos optará por la libertad de acción como en los viejos tiempos del Frente Progresista? 

Si este fuera el escenario, el socialismo ya avisó que si tiene que ir sólo lo hará; y no es difícil adivinar que habrá dirigentes del PRO y la UCR en diferentes listas. ¿Algunos en las de La Libertad Avanza? Improbable. No porque no haya interesados, sino porque los cierres de listas hasta aquí demostraron que no hay voluntad de ceder espacios.

Tampoco al peronismo le es cómodo el actual escenario electoral. Las grietas del pasado que se abrieron en el PJ santafesino en torno al kirchnerimo y por el gobierno fallido de Omar Perotti, a las que se suman los intereses personales y sectoriales, imposibilitan sintetizar tanta diversidad en una lista para una categoría única. 

La hora de la verdad

Terminada la etapa de organización de la convención constituyente, esta semana los reformadores, cual cirujanos en el quirófano, abrieron el pecho de la Constitución de Santa Fe y tuvieron una primera aproximación a los órganos vitales del poder institucional que se les encomendó rediseñar.

El paso por la comisión de Justicia de la Defensora y la Fiscal provincial y los siete ministros de la Corte Suprema mostró los profundos cambios institucionales que están en juego en torno al sistema de Justicia, así como las resistencias al cambio de un bloque de poder histórico y transversal a partidos políticos, poderes del Estado y cambios de gobiernos. No es el único lugar donde se cuecen cambios. También en la vida cotidiana de los tribunales se perciben las nuevas brisas que trajo el proceso de recambio en la Corte Suprema.

De todos modos nada está cerrado de antemano. El menú de opciones en torno al sistema de Justicia es amplio, con diferencias de criterios que atraviesan a todos los estamentos y fuerzas políticas. 

Dónde ubicar organismos como el MPA y el Servicio Público de a Defensa Penal, límites y controles a jueces, fiscales y defensores, mecanismos de designación y remoción, y qué organismo se ocupa de esa tarea, vienen muy discutidos, incluso dentro de los mismos frentes

Otro tanto ocurre con reelecciones y subsidios legislativos, la posibilidad de que el Poder Ejecutivo disponga de decretos de necesidad y urgencia, la figura de un ministro coordinador con aval legislativo, los alcances de las ampliaciones de derechos, el espíritu que guiará a las políticas tributarias del futuro y los alcances de las autonomías y los recursos con los que contarán. Esos asuntos definirán la redistribución de poder que supone cualquier reforma constitucional

Demasiado en juego. Por eso es tan difícil para los frentes electorales sintetizar posiciones. La idea de que Unidos podía unificar en un proyecto de reforma no prosperó y dio paso a una estrategia de cada uno con su propuesta, lo cual hace prever una búsqueda de consensos más abierta y a varias bandas. Tampoco tenía sentido forzar tanto si todo lo escrito luego debería ser consensuado con el resto de los bloques. 

Dentro del oficialismo se aprecia un radicalismo aferrado a los resortes de poder territorial y a garantizar poder y gobernabilidad al Poder Ejecutivo, y un socialismo preocupado por mecanismos de morigeración del Ejecutivo y equilibrios institucionales entre los tres poderes.

De todos modos, algo dejan claro radicales, socialistas y macristas: no prevén voto dividido sino negociar y negociar hasta encontrar salidas. “Unidad hasta que duela”, lo resumió un convencional.

En cambio, la regla de Más para Santa Fe (PJ, Ciudad Futura, Frente Renovador) es “flexibilidad en la unidad”. El frente que lidera el peronismo unificó proyecto a costa de unificar las cláusulas transitorias que tensionaban a los grupos internos innecesariamente temprano. Más cuando hay asuntos en los que las cartas están echadas de antemano, como la posibilidad de reelección del actual mandatario, que el grupo de los senadores no descarta y el resto rechaza.