“Acostúmbrense a un dólar de mil pesos”: empresarios, dólar, soja, minería y la Argentina a dos velocidades

Entre remates de soja, ferias en Brasil y Chile, y un dólar que ya nadie niega a $1200, los empresarios se sinceraron: no alcanza ni para exportar ni para sobrevivir. Del incendio de Gemplast, Bioceres a las inversiones de otros jugadores del sector y en las islas

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El tradicional remate de soja en la Bolsa de Comercio de Rosario dejó algo más que cotizaciones y pujas por granos: fue un espejo incómodo para empresarios e industriales que vieron de cerca lo que se viene. “Acostúmbrense a un dólar de mil pesos”, disparó Juan Pazo, titular del ARCA (ex AFIP), ante unos 40 dirigentes. Y aunque todos le creyeron, el murmullo fue otro: “Así, nos fundimos”.

Para el empresariado, no hay margen de discusión. El dólar competitivo real —el que les permite producir, exportar y no morir en el intento— ya no es de $1.000. Es hoy de $1.150 a $1.200. Lo dicen fabricantes y comerciantes de la mayoría de los rubros; lo ratificaron también las 16 empresas santafesinas que participaron esta semana en la feria APRAS 2025 en Brasil, que fueron de la mano de CAME. Al arrancar la feria, el dólar oficial se acercaba peligrosamente a esos valores. Luego retrocedió algo, pero el dato es claro: el "dólar blend" ya es historia y la nueva banda cambiaria los dejó expuestos.

En paralelo, 15 compañías santafesinas de las 17 que viajaron a una feria minera en Chile coincidieron: hoy la minería ofrece mejores perspectivas que Vaca Muerta, aunque todavía un escalón abajo.

Lo curioso: la feria de Curitiba dejó en claro que en Brasil sabe hacia dónde va, al punto que el SEBRAE —el potente sistema de apoyo a pymes brasileño— ya tiene mapeadas no sólo las oportunidades en Argentina, sino empresas concretas de Santa Fe como Liliana y Argental. Esta última, de hecho, avanza con una importante ampliación de su planta para reactivar su perfil exportador, sabiendo que la competencia europea será dura pero inevitable. Sabe que vendrán los europeos a jugar de nuevo.

Otra que apuesta fuerte es Plantium, que sigue desarrollando su proyecto de expansión en Uriburu y Circunvalación, mostrando que, aún en la incertidumbre, hay jugadores que prefieren invertir y crecer.

También es el caso de resiliencia de Gemplast. El viernes se cumplieron 10 años del trágico incendio de la fábrica de productos plásticos. Desde las cenizas, como el Ave Fenix, como les gusta decir, a Edgardo Geminelli, y sus hijos Yamile y Máximo, y de la mano de otros empresarios, Estados y bancos resurgieron y actualmente -como más de 270 trabajadores- siguen adelante con nuevos proyectos de inversión y nuevos productos. Emocionaron hasta las lágrimas en el evento que hicieron y recorrieron esta historia que nació de la "casualidad", al encontrarse en Buenos Aires con unas matrices usadas e imaginar que eso se podría transformar de nuevo en una empresa que hoy piensa crecer también dentro del negocio de reciclables. 

La contracara, y que estuvo en boca de algunos empresarios -algunos de ellos accionistas- en el "piqui piqui" de la Bolsa de Comercio de Rosario después del tradicional remate de soja, fue el caso de Bioceres, la empresa emblema de la biotecnología argentina.

La preocupación creció en los últimos días por la "confusión" que hay sobre hacia dónde va la empresa y ven cómo eso perjudica su patrimonio. Por lo por pronto, en la asamblea de accionistas de marzo se votó el traspaso de acciones a Moolec. La operación implica que los viejos 300 accionistas pasen a tener sólo el 40% de participación, perdiendo la mayoría. "El proceso debería concluir entre la segunda y tercera semana de mayo", aseguraron desde la compañía. Y uno de los desafíos centrales será lograr incorporar nuevos socios que den aire y liquidez. Por ahora, la acción de Bioceres pasó de cotizar a 18 dólares a apenas 4.

Pero el viernes en la Bolsa de Comercio no todo fue números y lamentos. También hubo lugar para pensar en negocios menos tradicionales: varios de los más encumbrados empresarios hablaron del potencial de desarrollar casas de fin de semana en las islas del Paraná, un segmento que, sin embargo, sigue golpeado por la crisis inmobiliaria que afecta los ingresos tanto de la provincia como de municipios como Rosario. Se trata de un proyecto distinto al que está pensado otro importante jugador de la Bolsa local.

A todo esto, los empresarios rosarinos también comentaban off the record las internas al rojo vivo entre Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti en la Corte Suprema, el futuro de jueces federales como Sylvia Aramberri y la preocupación por la continuidad de las causas sensibles y la sucesión de allanamientos, así como el impacto que tuvieron los videos de Vaugdana (ex titular de la Afip en Rosario y Santa Fe) en la retina de hombres de negocios que se siguen preguntando hasta dónde llegarán estas causas.

Otro de los interrogantes que se abrió en la Bolsa de Comercio de Rosario es quién será el sucesor de Miguel Simeoni, que en el tradicional remate de soja anunció que era su último como presidente. La sucesión está en el aire: nadie parece querer ocupar el lugar de quien logró ordenar una institución sacudida por escándalos en los últimos años. Aún parece pronto para nombres. Es más, entre algunos pesos pesados de la institución, les gustaría que siguiera Simeoni, pero para eso habría que modificar los estatutos. No hay nada de eso por ahora bajo análisis.

El dato alentador de la semana fue la prórroga del blanqueo provincial en Santa Fe: ya hay 1.700 inscriptos y esperan llegar a 2.000. Aunque en despachos oficiales del Ministerio de Economía, que conduce Pablo Olivares, no entienden por qué la adhesión es tan baja, advierten que quienes no se sumen podrían ser “visitados” por la fiscalización. "Ya blanquearon a nivel nacional, no hacerlo a nivel provincial es perder plata", advierten. También es un llamado de atención para los estudios contables "que no la ven". 

Además, la provincia estableció que unos 30.000 comerciantes que fueron cumplidores durante 2024 podrán trasladar el pago del impuesto inmobiliario a cuenta de ingresos brutos, un beneficio que busca oxigenar al sector.

En el plano político, el gobernador Maximiliano Pullaro también juega sus fichas: el 1º de mayo, en la apertura de sesiones de la Legislatura, anunciará seguramente la convocatoria a la Reforma Constitucional para el 14 de julio. El objetivo es claro: lograr una reforma con amplio consenso, no sólo apoyado por los tres congresales de la locomotora Oliveira, sino buscando también respaldo del peronismo y otros sectores para darle mayor volumen de legitimidad.

Todo esto ocurre en una Argentina de macro elogiada y micro agónica. Mientras el FMI, el Banco Mundial, JP Morgan y hasta el secretario del Tesoro estadounidense Scott Besant aplauden las cifras macroeconómicas, en la calle la crisis de ingresos se agrava: cada vez más trabajadores necesitan dos empleos para llegar a fin de mes. El empleo resiste; los salarios, no. Uno de los puntos es que los salarios en dólares comparado con otros países lucen "caros". 

La paradoja es brutal: afuera, la Argentina luce barata; adentro, la vida es impagable.
Y mientras la soja, el dólar y las elecciones marcan el pulso de los próximos meses, la pregunta de fondo es otra: ¿aguantará el gobierno el respaldo necesario para no repetir la historia de Mauricio Macri? El FMI advirtió que el proyecto tiene que ser respadado en las urnas en octubre. Hasta entonces parece que persistirá la volatilidad y los inversores internacionales, salvo por el "carry trade" se mantendrá "wait to see". A nivel local, todos buscando esquemas para seguir a flote.

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