Un delicuente ingresó a robar a una casa en la ciudad de Santa Fe. Tras cumplir con su objetivo se escapó por los techos y llegó a otra vivienda del barrio. Allí, rompió una ventana e ingresó violentamente al dormitorio donde intentó abusar sexualmente de la víctima que estaba durmiendo. Sin embargo, con mucha valentía la mujer convenció al joven para que desistiera. Le brindó comida, puso la serie El Eternauta en Netflix y así ganó tiempo para pedir ayuda a través de su teléfono celular. 

La increíble historia tuvo lugar en una casa ubicada sobre calle 1°de Mayo al 3300, pleno centro de la capital santafesina, cuando cerca de las 6.30 de la mañana de este lunes, Marisa abrió la ventana de la habitación para que ingrese aire y volvió a recostarse. Pero a los pocos segundos, vio que algo o alguien ingresaba a su cuarto. "«¿Quién sos?¿Qué haces?», le dije y me respondió: «callate o te mato»", contó la protagonista en De 12 a 14.

 

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Marisa no pudo corroborar si estaba armado o no, pero aseguró que el delincuente mantenía una mano en la campera simulando portar algo. "Se me tiró encima en la cama. Me agarró del cuello y me tapó la boca", señaló la mujer, quien estuvo en todo momento amenazada con una advertencia: "Si vos hablas, yo te mato". 

"Me quedo quieta tratando de evitar cualquier situación de forcejeo", señaló y sumó: "Empezó a besarme, a decime «besame, besame». Yo corrí la cara hacia el costado pero me empezó a tocar". Fue entonces cuando le pidió que se tranquilce, pero él se paró para desprenderse el pantalón. "En ese momento pensé en mis hijas, mi sueños y proyectos. En mi madre que está en el cielo, mi sobrino, en todos", recordó angustiada. 

"Mi vida no tiene que terminar acá y yo esta experiencia no la voy a vivir", fue lo que le vino a su mente, por eso decidió intervenir con palabras: "Le dije: ¿qué vas a hacer? ¿Me vas a violar? Te está buscando la policía, vas a ir preso". Tras un silencio del abusador, Marisa le preguntó: "«¿Vos no tenés mamá? ¿No tenés hermanas? Imaginate a tu mamá y tu hermana en esta situación»". 

Acto seguido, el joven le confesó que su madre estaba internada con leucemia en el hospital Cullen y que ya había estado preso tres años. "Ahí me dijo: «señora, yo en realidad no le quería hacer daño»", describió Marisa. Y agregó: "Ahí le dije que él quería salvarse de la policía y yo quería salvar mi vida. Entonces le ofreció tomar un café y charlar". 

La mujer se cambió y lo llevó a su cocina para desayunar. Espiaron por la ventana y estaba la policía. El delincuente se puso nervioso pero, según explicó la víctima, ella le prometió que no iba a hacer nada. "Yo pensaba en entretenerlo para que no se le vuelva a ocurrir violarme", apuntó y le ofreció ver una película o serie. Pusieron El Eternauta, le dió una gaseosa y en un momento de distracción, mandó un mensaje al grupo de vecinos con la palabra "socorro". 

"La palabra y la empatía por el ser humano pudo más", dijo Marisa y cerró: "Poder expresarnos, comunicarnos con el otro fue lo que me salvó la vida".