Lady Gaga enloqueció a sus admiradores este sábado en Río de Janeiro con su 'opera gótica', un espectáculo marcado por la teatralidad y la exuberancia que hipnotizó a 2,1 millones de asistentes que se dieron cita en la playa de Copacabana para venerar a su diva, según la alcaldía de la ciudad.
El concierto gratuito, el más multitudinario en la carrera de la artista, consagró su triunfal regreso a Brasil luego de trece años de ausencia.
Tras las aclamadas actuaciones en Coachella y México, en abril, la ganadora de 14 premios Grammy ofreció en Río un espectáculo cargado de la energía caótica de Mayhem, su más reciente álbum y con el que narra la lucha con sus alter egos hasta su renacimiento.
Vestida con un vibrante traje rojo, sobre una estructura victoriana y en medio de un gigantesco escenario de 1.260 metros cuadrados que evocaba un teatro griego, la superestrella del pop inauguró el espectáculo interpretando Bloody Mary.
El ambiente operístico con el que inició la presentación rápidamente entró en ritmo pop con Abradacabra.
Como por arte de magia aparecieron bailarines hasta ese momento escondidos bajo la falda de la artista para dar vida a enérgicas coreografías, que desataron frenesí en sus little monsters.
"¡Brasiiiiiiiiiiil, te extrañé mucho!", exclamó en inglés.
Pero el momento que llevó al éxtasis a sus seguidores fue poco después de interpretar Desease, cuando hizo un paréntesis para agradecer a los asistentes.
Desde un palco elevado extendió la bandera de Brasil y leyó un mensaje que fue traducido en simultáneo en el que dijo sentirse "honrada", "suertuda" y "orgullosa" de actuar de nuevo en el país.
"Gracias por esperarme por más de diez años", exclamó nostálgica.
"Les agradezco por recibirme con los brazos abiertos" y "hacer historia conmigo", agregó.
La mayor emoción, sin embargo, se vivió hacia el final del concierto cuando Gaga interpretó los éxitos más esperados por sus pequeños monstruos.
Después de un intimista 'Shallow' -ganador del Óscar a mejor canción original- al piano, "Bad Romance" hizo vibrar a los asistentes.

Una deuda con Brasil
Con el concierto en la playa de Copacabana Lady Gaga pagó una deuda que tenía pendiente con Brasil desde hacía 13 años, cuando visitó al país con la gira mundial The Born This Way Ball.
En 2017 quiso volver a la cidade maravilhosa, pero motivos de salud le obligaron a cancelar a última hora su presentación en Rock in Río, del que hacía parte como una de las principales figuras del festival.
Tras la confirmación de su regreso a Brasil, en febrero pasado, la respuesta de sus admiradores fue contundente.
La asistencia al evento, que fue 2,1 millones de espectadores, una cifra muy superior a los 1,6 millones de personas esperadas como ocurrió en concierto de Madonna el año pasado en la icónica playa dejará a la ciudad un impacto económico de más de 600 millones de reales (107 millones de dólares / 94 millones de euros), según estimaciones oficiales.