La jefa de una banda narco que opera en el barrio porteño 1-11-14 fue condenada por la Justicia federal de Rosario por un “narcobombardeo” de 300 kilos de cocaína que fueron hallados en enero de 2022 en campos de Pergamino. Se trata de Marisol Saavedra Chungara, apodada “La Reina del Sur”, que recibió la pena de 8 años de prisión por tráfico y transporte de droga.
La resolución fue dada a conocer por el juez Mario Gambacorta del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 3 de Rosario, quien homologó el juicio abreviado tras un acuerdo entre la defensa y el fiscal federal Federico Reynares Solari, a cargo de Litigio Oral Estratégico del Área de Investigación y Litigio de Casos Complejos.
Por la misma causa fueron condenados a 4 años de prisión los hijos de la jefa narco Juliana Justiniano Saavedra y Mauricio Justiniano Saavedra. La misma pena recibieron el brasileño Elves García de Olivera y el paraguayo Denicio Zacarías Reyes, quienes fueron acusados por haber hecho tareas de vigilancia y logística.
La mujer, sus hijos y los otros dos involucrados también fueron condenados a pagar una multa que, en el caso de Saavedra Chungara, asciende a los 950 mil pesos, y para cada uno de los cuatro restantes, es de 380 mil pesos.
La causa
Los cinco fueron detenidos –después del análisis de una serie de escuchas telefónicas–, en un operativo montado el 19 de enero de 2022 en un campo ubicado en la localidad bonaerense de Rancagua, a 18 kilómetros de Pergamino, sector donde se había identificado la descarga de droga.
Cerca de las 6.20, la Policía observó a una avioneta que pasó unas cuatro veces sobre la zona y arrojó varios paquetes. De inmediato, se procedió a la detención de Saavedra Chungara, y de sus hijos Juliana y Mauricio Justiniano Saavedra.
A su vez, en las inmediaciones del campo se detuvo al brasileño García de Olivera, quien habría quedado de custodia en la tranquera de ingreso del campo. Otros tres hombres que habían sido vistos en una Amarok se fugaron del lugar con el vehículo, que luego fue abandonado a dos kilómetros, con cuatro de los bultos arrojados desde la avioneta cargados en la caja.

Sobre el terreno se hallaron tres trozos de tela de cinco metros de largo por 50 centímetros de ancho, colores rosa y blanco, que sirvieron como referencia al piloto de la aeronave para marcar el sitio donde hacer la descarga. A su vez, a unos 300 metros del acceso a Rancagua se encontró otra camioneta, también Amarok, sin ocupantes. En su interior había una mochila y un certificado de Verificación Técnica Vehicular (VTV) a nombre de Zacarías Reyes.
Como resultado de todo el procedimiento, ese día se secuestraron aproximadamente 130 kilogramos cocaína, distribuidos en cuatro bultos, cada uno de ellos con 30 paquetes confeccionados con bolsas de polipropileno en distintas capas y colores, y finalmente recubiertos de un film que presentaba la figura de un felino, sello identificatorio de carteles narcos.
Sin embargo, tres meses después, y tras la denuncia de trabajadores rurales que avistaron paquetes similares, el 17 y 18 de abril de 2022, se realizaron allanamientos en una zona cercana al campo de Rancagua. Allí se encontraron más bultos que contenían 96,400 y 64,040 kilos, respectivamente, de cocaína. El secuestro global de la droga fue de 289,114 kilos de clorhidrato de cocaína relacionados a los acusados. Otros 212 gramos de la misma droga fueron secuestrados en el domicilio particular de la ciudad de Buenos Aires de otro imputado ya identificado, pero aún prófugo.
Según las escuchas telefónicas de la causa, Saavedra Chungara coordinaba la logística en cuanto a la recepción de la droga que sería arrojada desde la avioneta. Incluso, en una de esas comunicaciones, uno de los interlocutores llama a Saavedra Chungara como “la Reina del Sur”, en clara alusión al personaje de una novela de Arturo Pérez Reverte que encarna a una legendaria narcotraficante.
Sin embargo, la investigación determinó que quienes tenían el mando de la operación e indicaban los días y horarios en que debían esperar el cargamento, eran quienes la enviaban desde Bolivia. Un ejemplo es una conversación del 8 de diciembre de 2021, donde la mujer dialogó con un quinto imputado (actualmente prófugo), donde queda en claro que ella respondía a las directivas de quienes enviaban la droga, a tal punto que, a pesar de que tenía todo preparado para su recepción, le cancelaron un envío de drogas sin previo aviso ni explicaciones.
Con respecto a sus hijos, Mauricio Justiniano Saavedra era el titular de una de las camionetas Volkswagen Amarok en la que se cargó parte de la droga arrojada por la avioneta el día de la aprehensión, y que era tripulada por algunos hombres que se dieron a la fuga. Además, en una escucha telefónica su madre le reprocha una falta de dinero y le señala que estaban por preparar una maniobra de tráfico de droga.
En relación a Juliana Justiniano Saavedra, quedó incriminada por haber acompañando a su madre y su hermano en la madrugada del 19 de enero de 2022, a la vera de la autopista Pergamino-Buenos Aires (intersección con la ruta 32), donde fueron detenidos. A ello se suma que cedía la utilización de su línea telefónica a la madre para eludir las intervenciones.
Respecto de García de Olivera, también fue detenido junto a los demás el día del procedimiento, cuando los investigadores lo vieron bajar de una camioneta y quedarse como custodia en la tranquera de ingreso al campo de Rancagua donde se arrojó el material estupefaciente.
En relación a Zacarías Reyes, según los seguimientos policiales, participó de las maniobras al aportar su camioneta Amarok hallada a unos 300 metros del acceso a Rancagua, sin ocupantes.