En distintas épocas del año, las personas pueden vacacionar en zonas diferentes a las propias que pueden conllevar algunos riesgos para la salud, sobre todo a nivel dermatológico. Según una estimación publicada en 2023, estas son las afecciones más comunes en viajeros junto a las digestivas y respiratorias.
“Las patologías cutáneas son alrededor del 20% de las consultas que vemos en atención al viajero”, explicaron expertos. Desde allí sostienen que las más comunes son picaduras, quemaduras solares, reacciones alérgicas a medicamentos (como la profilaxis para la malaria), afecciones tropicales, o consecuencias de infecciones de transmisión sexual.
Respecto de las afecciones tropicales, si bien son menos frecuentes aparecen sobre todo cuando se viaja a zonas cálidas, donde cualquier infección es más probable. "En concreto, las regiones de más riesgo son el Caribe, ciertas zonas asiáticas y la región centroafricana”, afirmaron.
La pulga de la arena
Una de las enfermedades que se encuentran en consulta es la tungiasis, causada por la penetración en la piel de la pulga de arena (Tunga penetrans): “Normalmente se adquiere al caminar sin calzado por zonas arenosas”, explicaron. Y añadieron: “Lo que hace esta pulga es un túnel en la piel y empezar a crecer dentro. Básicamente, se alimenta de nuestra sangre y va soltando huevos”. Esto causa inflamación, dolor y picazón, además de dificultad para caminar y dormir.
Cuando alguien se infecta en vacaciones, normalmente se la tratan al volver. "Simplemente se extrae la tunga y se evita que se infecte”, sostuvieron. Sin embargo, es un gran problema en los países donde esta pulga es endémica, como en regiones tropicales y subtropicales del Caribe, Sudamérica y el África Subsahariana, y hay un menor acceso a sanidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ningún país lleva a cabo una vigilancia sistemática de la enfermedad, por lo que se desconoce la carga real que supone. Pero, según encuestas realizadas en comunidades donde la enfermedad es endémica han indicado que la prevalencia es heterogénea y oscila entre el 7% y el 63%.
Si no se trata, las complicaciones pueden ser crónicas e incluir fisuras, úlceras, linfedema, necrosis de tejidos, que pueden ocasionar dolor, incapacidad, deformidad y mutilación de los pies, así como una forma característica de caminar.
Larvas y otros parásitos
Otra de las enfermedades tropicales que se observan en consulta es la miasis forunculoide, provocada por las larvas de moscas de diferentes especies, como la mosca del mango (Cordylobia antropophaga): “En este caso, puede ser por cualquier zona del cuerpo y está causada una mosca que se te posa y suelta los huevos de otra especie. También penetran en la piel y causa mucho dolor". Las especies más conocidas de moscas que causan miasis foruncular provienen de América del Sur y Central, y de África subsahariana y tropical.
Otras enfermedades dermatológicas que pueden ocurrir en viajeros, como la larva migrans, tiene un mecanismo de transmisión similar a la tunga, o la esquistosomiasis, una infección por gusanos parásitos que aparece al bañarse en aguas contaminadas.
Tomar precauciones
Los expertos recomiendan ser cautos en zonas endémicas de estas enfermedades para evitar infecciones. “Algo fundamental es siempre llevar calzado tapado, para protegerse de la larva migrans o la tunga que eclosionan en zonas de arenas cálidas. También en la playa, además de usar toalla siempre y no sentarnos directamente en la arena”, advirtieron.
Por otra parte, es conveniente llevar repelente de insectos, cuando el clima lo amerite optar por prendas de mangas largas y claras, y contar siempre con un kit de desinfección de heridas: "En climas cálidos, las heridas de infectan con mucha más facilidad”, subrayaron.
Fuente: SINC.