Anualmente, los especialistas buscan generar conciencia respecto de la importancia de protegerse contra la radiación del sol, incluso en épocas frías como el invierno. Protectores solares, ropa, gorras y gafas suelen ser los máximos aliados frente a esta necesidad. Sin embargo, cada vez cobra más fuerza la fotoprotección oral cuyos avances suelen presentarse en diversos congresos y eventos en donde se reúnen los máximos expertos en la temática a nivel mundial.

Respecto de los fotoprotectores orales, los expertos sostienen que neutralizan el daño inducido por la radiación del sol a nivel del ADN, a la vez que protegen al sistema inmunitario asociado a la piel.

Un compuesto de un helecho centroamericano

Uno de los compuestos más prometedores, según un reciente congreso dermatológico europeo, se extrae del helecho Polypodium leucocotomos, originario de Centroamérica. Este vegetal evolucionó pasando de ser acuático a terrestre, y desarrolló mecanismos de defensa para protegerse del sol y reparar sus daños que ahora lo hacen idóneo para producir fármacos orales de protección solar.

“Estas sustancias fotoprotectoras tienen afinidad por la piel, por lo que al tomarlas viajan directamente hasta allí. Cuando llegan, aumentan los sistemas antioxidantes y consiguen disminuir el daño provocado por el sol al ADN y al sistema inmunitario asociado a la piel”, indicaron los expertos.

De esta forma, estas sustancias son un complemento esencial para pacientes que cuentan con un alto riesgo de daño cutáneo, como lo son quienes padecen fotodermatosis u otras dolencias que se pueden agravar con la exposición al sol.

En este sentido, una revisión de estudios publicada en la revista Journal Of Clinical And Aesthetic Dermatology en 2014 demostró que administrar oralmente sustancias derivadas de Polypodium leucotomos mejoró la inflamación de pacientes con vitíligo y melasma (placas de color oscuro en la piel).

Otra sustancia que se destaca es la nicotinamida, que ha demostrado eficacia para prevenir el cáncer de piel en pacientes de alto riesgo, tal y como asegura una revisión de estudios publicada en la revista Experimental Dermatology en 2019. Además, se investiga la vitamina D con este mismo fin, aunque se necesitan más estudios que lo respalden.

Fuente: SINC.