Si bien, por lo general, se trata de procedimientos seguros, la colocación de piercings o tatuajes no está exenta de posibles riesgos. En principio, expertos recomiendan elegir un establecimiento que cumpla con los requisitos legales y sanitarios para la realización de estos procedimientos. Tras su realización, la clave se centra en el cuidado posterior que garantice su adecuada cicatrización.
El cuidado personal tras realizarse tatuajes o piercings
Un adecuado cuidado puede resumirse en las siguientes siete claves a seguir:
-Seguir las recomendaciones de limpieza: Limpiar la zona tres veces al día con agua y jabón neutro, y secar con una toalla limpia o papel secante limpio realizando pequeños golpecitos. Evitar tocar la zona sin haberse lavado previamente las manos. En ningún caso debe utilizarse alcohol o agua oxigenada, ya que pueden dañar la piel.
-Aplicar las cremas o productos que se hayan indicado: Tanto con un tatuaje como con un aro, la irritación de la piel puede provocar picazón y, en el peor de los casos, provocar una infección. No rascar la zona; en su lugar se puede aplicar una crema hidratante o cicatrizante recomendada por el profesional.
-Utilizar una vestimenta adecuada: En el caso de los tatuajes, se debe optar por prendas amplias que no opriman ni rocen la zona, permitiendo que la piel “respire”. En el de los piercings, evitar cualquier prenda que pueda engancharse en la joyería, ya que esto podría provocar desgarros o retrasar la cicatrización.
-Cuidado con los piercings en la boca: Si se realiza una perforación en la boca, en cualquier zona de la lengua o en los labios, es primordial tener precauciones adicionales, como enjuagar la boca varias veces al día con enjuague bucal antiséptico sin alcohol. También es importante prestar atención a la hora de comer, en caso de que la zona se inflame.
-Acudir a un centro de salud si es necesario: No retirarse del estudio o centro de piercings/tatuajes con dudas. En caso de que surja alguna o algo del proceso de cicatrización genere algún temor, acercarse a consultar al igual que a un centro de salud o farmacia en pos de evitar que se agrave alguna complicación.
-Evitar la exposición solar de los tatuajes: Es preferible evitar la exposición al sol sin protección solar durante los primeros días tras un tatuaje. “La piel tatuada no deja de ser una herida cutánea en proceso de cicatrización, por lo que conviene protegerla del sol y, si es imprescindible exponerse, aplicar siempre un protector solar con un factor de al menos 50”, indican.
-No ingresar al agua en sitios de riesgo: Si un procedimiento de este estilo se realiza durante días de calor, los cuales invitan a meterse al agua, debe tenerse especial cuidado con la elección de dónde realizarlo. Las piletas, playas, ríos o lagunas pueden suponer un riesgo por los microorganismos que pueden afectar a la piel aún en proceso de cicatrización. Lo más recomendable es evitar este tipo de baños durante al menos el primer mes después de hacerse un tatuaje o un piercing. En el caso de que se haga, es importante lavar bien la zona con agua y jabón neutro y secar cuidadosamente. Esto es esencial, ya que algunos piercings, como los realizados en labios o en el ombligo, tardan de 4 a 6 meses en cicatrizar.
Fuente: EFE.